Juan Almendares Bonilla | FOTO: Luis Méndez Por: Cesario Padilla Siempre me ha gustado llamarlo de dos formas: “El único rector que reconoceré toda la vida” y “símbolo de la dignidad”. Lo primero, porque vengo de una estirpe que condenó y fue victima del asalto a la UNAH en 1982 por el poder civil y militar, donde se impidió, de una forma asquerosa la reelección como rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); el segundo apelativo, él todavía no lo sabe. Este es un preámbulo para hablar de Juan Ángel Almendares Bonilla. Es incuantificable el número de personas que hemos sido beneficiarios con su trato, como médico y como compañero, en diferentes momentos que el país ha necesitado de nuestras posturas y acciones. Esto es poco para hablar de este compañero nacido en San pedro Sula, en agosto de 1939. Quien abrazó la Medicina y su compromiso hacia los desposeídos. Un digno ejemplo de humanismo. Académicamente, lo respaldan sus estudios en la UNAH, donde obtuvo su
Nada pudo contra la palabra hecha poesía de Félix Cesario. A 46 años de su primera publicación, presentamos este viento fresco revisado por su autor antes de su muerte. Fue un regreso hacia su consagración de los años setenta de la mano de la poesía con amor a pueblo. La edición que tienen en sus manos, refleja tantos sueños resumidos en pláticas, café y nuestras terquedades. Éramos huérfanos en este país digno de mejores tiempos, con hombres y mujeres que lo amen a corazón abierto “en estos días de ternura ausente”, como lo hizo Félix hasta el final. No me atrevo a llamar la presente obra una edición póstuma, su autor se dedicó a corregir, con lápiz lila –su color favorito- estos escritos hasta dejar plasmada su propia muerte vista en el poema “Antes y después que vuelva al polvo”. Félix Cesario se dedicó tiempo completo, una vez jubilado de la docencia universitaria, a trabajar su poesía. En muchas noches y madrugadas fui testigo de verlo desafiar la página en blanco –que era d