Por: Félix Cesario
SEÑOR
JUAN ORLANDO HERNANDEZ ALVARADO
Superintendente de la REPÚBLICA DE
PALMEROLA;
CAPITAL TEGUCIGALPA, CENTRO AMÉRICA
Señor Hernández:
Reciba todo el rencor, el desprecio de un pueblo noble.
Es usted señor conserje de los gringos y de los grupos de
poder del capitalismo, así, como sus voceros asalariados: los medios de
comunicación mismos que son sicarios de la desinformación, salvables unos cuantos.
Es usted señor Hernández el hombre que más daño y que más ha
prostituido la república de Honduras en los últimos 100 años, dicho con sus
propias palabras.... ¡nunca más visto en la historia!
Debo de aclararle que solamente le guardamos el suficiente
rencor y desprecio por haber comercializado con nuestra soberanía, con el territorio
nacional y de haber vuelto a nuestro país un antro de la más vil de la
prostitución y de la dignidad de las y los hondureños.
Le aclaro que le conozco sus andanzas y su malabarismo
político, muy propios de las mafias, desde que aspiraba y llego a ser
presidente del fatídico frente estudiantil, oloroso al sanguinario. (3-16); años
después lo vimos investido de diputado en el Congreso Nacional, violando toda
normativa del derecho derecho, con la complicidad de aquel otro superintendente
apañado el genocidio del seguro social, me refiero a “facundo sierra” ---en el
partido comunista--- alias Porfirio Lobo. Pocos años después, señor Hernández Alvarado
lo vi postularse, con la ayuda del capitalismo y de los narcotraficantes, llegando
con actos delincuenciales ser superintendente de estas honduras, con la
complicidad del trio de sujetos envilecidos del Tribunal Supremo Electoral
(TSE) y aquí esta como tal para subyugar a un pueblo que lo desprecia, pese a
sus actos intimidatorias de su guardia pretoriana.
Seguro estoy y están los entendidos en derecho
constitucional, menos los que usted ha envilecido y sometidos a sus caprichos
caligulescos, que usted no pudiendo amar la democracia ni a la república, le es
más facial corromperla, enlodarla, prostituirla. Usted no pude practicar la
democracia porque es incapaz de comprendedla, tan siquiera de vivirla. Usted ha
envilecido a todas las secretarias de Estado; usted ha implantado la
desconfianza entre su guardia pretoriana, ha desangrado a mi patria; usted ha
impuesto el deber que sus arrastrados no sepan u olvide lo que es la dignidad, oprimir
al hombre es corromperlo.
Usted, odiando la libertad se goza en imponer la tiranía. No
encarna a Carias, usted ha impuesto la muerte, en eso Carias era selectivo.
Usted masivo en las masacres, encarna la fuher en sus criminales tiempos.
Para despedirme le recomiendo que en Honduras solo a un
presidente han asesinado. Aquí ya no se matan presidentes, de quien si debe de
desconfiar siempre ¡Siempre! es de los narcos que según el pentágono, que es en
donde está la madre del cordero, su final va a ser trágico, con esas mafias no
se juega y si lo hace juégueles limpio y, aun así, su final será similar a una
tragicomedia.
¡Ave Cayo Caligulas, Los que vamos luchar te prevenimos!
Comentarios
Publicar un comentario