Félix Cesario
Ciertamente que Honduras es un país indestructible;
pese al saqueo, a los atracos a mano armada -la mayor parte de los gobernantes
han sido militares-. Bien vale decir que Honduras no ha tenido silicio
democrático, ha estado y está en la permanente zozobra de un Golpe de Estado
por y de Parte del verdadero poder: Las Fuerzas Armadas de Honduras; el poder
militar que por décadas mantiene y ha mantenido
la hegemonía del poder político, económico y el “democráticamente” militar, les
guste o no a los políticos de oficio. Es más, en la mayoría de los golpes de
Estado, ha y es con el contubernio de politiqueros, quienes han hecho de la Ciencia
Política el más lucrativo negocio;
pretendiendo destruir nuestro país.
No
la han podido destruir los eternos demagogos; entendiendo por demagogia como el arte de prostituir o degenerar
a la democracia; politiqueros hondureños (ninguno tiene salvación), dirigentes
partidaristas que acondicionan a las masas
con promesas que caen en lo ridículo, en lo anecdotario o en lo delincuencial;
si la moral tuviese carácter coercitivo
no habría una cárcel para encarcelar a tanto farsante. A propósito que bien
puesto está el nombre de la penitenciaría central: Marco Aurelio Soto y la
bautizo alguien que también, así deberían de denominar la cárcel de San Pedro
Sula.
Honduras,
nuestra patria amada, es realmente indestructible, no la han podido fragilizar
los grandes y malos políticos latifundistas, dueños de la mayor parte de las
mejores tierras aptas para el cultivo, pese que constitucionalmente el articulo
344 en donde manda y ordena que “la reforma agraria es integral, para
desaparecer el latifundio y el minifundio…” y a estas alturas del siglo
veintiuno, los campesinos son masacrados por exigir una parcela de tierra para
el cultivo de granos de primera necesidad; es más, el gran contraste es que hay
compatriotas de tierra adentro que no tienen un palmo de tierra para ser
enterrados.
Honduras
es ciertamente invulnerable contra los grandes monopolios de medios de
comunicación, concentrado en unas cinco o siete familias, medio hondureñas, -medio
quien sabe que- lo que si es cierto es que estos consorcios corporativos de la
comunicaciones absorben gran parte del presupuesto nacional, en contratas de
publicidad con la finalidad de
desdibujar la verdad y crearle una imagen exótica al mandamás de turno,
llevándose de encuentro el artículo 339 que dice: “se prohíben los monopolios y
oligopolios…”, pero solo queda en el supuesto. Un ejemplo claro son las
frecuencias televisivas que recaen en una familia en contraste de algunas
frecuencias que susciten a duras penas, como un grotesco contraste en la
competitividad mercantil.
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Protesta por el asesinato de mas de 30 periodistas y comunicadores sociales. Foto: Andrés Molina. EFE |
Honduras
es un país inquebrantable, nadie lo ha podido demoler, ni las religiones que
han hecho de Dios, el mejor negocio del mundo. Vemos como es de productivo
el negocio de los pastores (cobradores) de
los diezmos; hoy en día observamos como prosperaron los pastores que son supuestos
violadores de la ley primaria que en su artículo 106 dice: “los impuestos no
serán confiscatorios… nadie está obligado a pago de impuesto...”; pero el gran contraste
es que la clase más pobre y la asalariada están obligados a pagar lo que los representantes de Dios, como dijo un “conocido predicador de la palabra” llaman
ofrenda, pero que tiene que ser menos del diez por ciento (10%) de su salario. Hay,
y a mí me consta, que les deducen por planilla el diezmo previa
autorización del hermano en cristo;
mientras hay orfanatos en donde los niños mendigan un pedazo de pan.
Honduras
es, ciertamente indestructible –como la misma materia- no la han podido
destrozar los supuestos ladrones del erario, los gobernantes, todos
absolutamente todos, de la mal llamada era democrática hondureña,
empezando por los gobernantes a quienes (no se sabe amparados en que ley) se
auto recetan una millonaria partida confidencial, de la que no le rinde cuentas
a nadie, y como el Jefe es creación de los secretarios de Estado y cualesquier
funcionario de cualesquier gobierno, supuestamente roba, mientras los
miserables, los marginados, los indigentes, los acorralan y marginan allá al
final en donde germina el sicariato y las maras; en donde miles y miles de
niños y niñas son tragados por inmigrantes en el rincón infame de un sueño que
termina en la muerte.
Honduras,
patria de mis anhelos más sublimes, patria a quien amo hasta el delirio… cuantas
veces y cuantos compatriotas honestos y honestas hemos intentado honrarte y los
mastates; otras y otros, seguimos
tratando de enaltecerte, honrarte decorosamente para que seas capaz de
figurar entre las naciones más dignas y civilizadas del mundo. Solo nos queda
seguir amándote con actos dignos y repetir como el gran maestro y patriota
Ventura Ramos “Alba de mis sueños, siempre en pos de ti“
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