Foto del disco "Querido Pablo" de 1985. Tomado de: PERRERRAC |
Una tarde, el amor llamó al teléfono, Vivíamos con mi papá en la Arturo Quezada. “Vení escuchá”, me decía con una sonrisa. Al colocarme el teléfono en el oído escuché una frase musical que se grabó en mi memoria
- Si he de morir, quiero que sea contigo.
Es el fragmento de “Yolanda”, una versión de estudio que hizo a mediados de los años 80 el maestro Pablo Milanés, quien murió esta noche (hora hondureña, mañana del 22) en Madrid.
Fue, es y será mi trovador favorito. Donde me tocó hacerle frente a sus posturas de los últimos años, lo hice. Fue mi cómplice de mis días de niñez, como aquella tarde en el Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (SITRAPANI), cuando su grupo musical “GUAMO” (nombrado así, en honor a Gustavo Morales, trabajador de esta institución y desaparecido en 1984), cantó “Buenos Días América”.
Pasaron como viento fresco sus canciones y como pude las recopilé, hasta que la tecnología y las plataformas de música me tendieron la mano y llego a cada una, con la misma sonrisa de mi papá en esa tarde con el teléfono en la mano y la canción sonando suavemente del otro lado.
En San Pedro Sula, cerca de 2012, escuchaba Radio Uno; una de sus cuñas que no recuerdo su contenido, fue musicalizada con el tema “Para vivir”, de Pablo. Esa bella entrada con el piano y luego él con su voz y su desfile del primer verso:
- Muchas veces te dije que había que penarlo muy bien.
Llegó la luz, alegría. “Yolanda” es mi versión favorita y solo me gustaba escucharla después de él, en la voz de Guadalupe Pineda.
Descansa ya mi trovador. Atrás queda las molestias en la salud. Amanecerá muy pronto y hay que darle los buenos días a América.
Comentarios
Publicar un comentario