POR: Cesario Padilla*
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Un compañero levanta la bandera nacional previo al inicio de una movilización de indignados. FOTO: Cesario Padilla |
Desde el miércoles anterior hasta esta hora y el recorrido de los minutos, he pasado examinando mi pensamiento, mis actuaciones y mientras me acompañan fragmentos de canciones de Pez Luna, Café Guancasco y una que otra balada que pide permiso en un radito. Quiero encontrar la forma para salir y pintar mentiras en la sociedad hondureña desde la profesión que abrazamos, el periodismo. Pero no, llegan al auxilio las platicas con mi viejo, su enseñanzas que se quedaron en mi interior y que con el tiempo me hicieron abrazar a los luchadores y luchadores de la patria, de la matria. Los Eduardo, Roger, Manfredo, las Hilda Rosa, las Ruth, Marias Ediltrudis, brincan en mi memoria, todo está en calma.
Recuerdo la cadena humana que realizamos con diferentes defensores y defensoras de derechos humanos desde sus respectivas organizaciones para resguardar a un gigante que ya despertó, a los defensores y defensoras de la educación pública. Nos habita la confianza en las múltiples paredes de la madre tierra que hoy conforman el hogar provisional, pudo ser refugio, pero no nos hemos ido mucho menos huido del compromiso asumido.
Luego de la disolución de la cadena, comenzó el concierto de la criminalización. Sonaban nombres, fiscales responsables, jueces ejecutores que avalaron un nuevo asalto a la UNAH. A las cinco de la tarde ya era noticia, eramos seis con orden de captura, cinco ya nos conocemos desde que la vida estudiantil y estos escenarios de represión a la protesta. un fragmento de "La bomba popular" me hace pensar que esa cadena humana, no se rompió, se hizo mas extensa y alcanza para que sea nacional.
Yo también me encapucho
La estrategia les falló, algo salió mal -pésimo-. El pretender desmoralizar al movimiento estudiantil que se encapucha para que no sean el blanco fácil de las balas de la Empresa de Seguridad Privada del Aguán (ESPA) y mucho menos permanecer bajo la mirada asesina e impune de agente Roger Aguilar, ese mismo que hoy camina petulante por los pasillos universitarios balbuceando que es Abogado, pero su verdadero titulo es de un simple y vulgar "oreja" tal y como fue formado en la inteligencia policial a inicios de los 80.
Dos dias de recuperación territorial, como nos dejó de legado nuestra Berta, de la UNAH pusieron a prueba a un grupo de histéricas y borrachas de poder autoridades universitarias. Su ataque no varió. Los medios de comunicación corporativos se sumaron para destilar veneno contra "un gigante que despierta". Pero fueron los padres y las madres, las y los docentes, artistas, periodistas independientes y defensores y defensoras agarraron su camiseta y se cubrieron el rostro NO por miedo, sino para visibilizar un proceso de lucha.
Karla Lara, quien protege a las juventudes con su voz, escribió en una nota publicada en su cuenta de facebook:
"Ay doña Julieta, si usted les viera con respeto, si no fuese lo altanera que es, podría también seguir cometiendo menos errores y entonces la justicia venidera podría indultarle algunos años de cárcel, incluso a la cárcel que le puso a su alma y que se refleja tan vivamente en su rostro tan privado de placeres"
El viejo y mi mami: haciendo camino al andar
Uno de los momentos ácidos es el separarte de las costumbres que tenés con la familia. Agarré el teléfono esa noche y le dije a mi mamá "Escucheme mami, todo va a estar bien, esto tenía que pasar a la larga". Se apagó por un instante, pero de un solo, tomó aire y me dijo "Porque te creo y te parí, voy a esperar que esto pase y termine para bien", ese fue su beso protector.
¿Y el viejo?, ese sempiterno rebelde -Como le puso Armando García- camina y se planta en cualquier institución, como en aquellos años de la barbarie verde-olivo, a exigir justicia. Se muestra desafiante para quitarle el bozal a la universidad del miedo y el silencio. Ahí estuvo en el CONADEH, mostrando su orgullo por quien pulió hasta verlo como periodista, yo también cargo con orgullo tu nombre y tu amor. Desgraciadamente la pestilencia judicial en este momento me priva de abrazarlos, de carcajearnos y recordar aquellas canciones que sonaban en aquel viejo equipo de sonido, la voz de Serrat asaltaba la palabra y resucitaba aquel "caminante no hay camino, se hace ... al andar".
Para ambos, esto ya no nos pertenece ya no solo es Cesario su hijo, lo son Dayanara, Sergio, Armando y ¿por qué no?, Izhar Azael Alonso también son sus hijos, porque son mis hermanos. El Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) es ahora nuestra familia.
Lo que sigue, el abrazo fraterno
Esta semana que se aproxima puede marcar una nueva serie de paginas de gloria para las y los estudiantes de una -hasta entonces secuestrada- Universidad Nacional Autonoma de Honduras (UNAH) y este 11 de junio, este nuestro día, hay que dejarlo escrito. Nos cubre la dignidad y lo respalda ese accionar del MEU, de los y las compas en UNAH-VS y en el Centro Regional de Choluteca (CURLP). Que orgulloso se siente, allá en la eternidad Hector Martinez Motiño de ver su centro como una vez mas se rebela ante el autoritarismo universitario.
Desde donde la pachamama me cubre, he tenido la oportunidad de ver mensajes solidarios, canciones, fotografías que marcaron un encuentro no programado. Las acciones de denuncias de las organizaciones de derechos humanos a nivel internacional para que se interesen en la violacion a la libre expresión y el seguimiento que sufre el estudiantado, la estudiantina. El comunicado de mi organización hermana PEN Honduras, el plantón indignado y solidario de mis compañeros y compañeras periodistas - Somos APM Jodido-, la denuncia de nuestros abogados ante un espurio y miserable -de dignidad- Ministerio Público.
No me hace falta que hasta el momento no se haya pronunciado la Escuela de Periodismo, sería pedirles mucho a sus autoridades que viven en la nube de la que ser comunicador es cargar una balanza y hablar bonito, tratar al entrevistado como robot que se programa para que no revele su sentir. Vaya mi desprecio para ustedes.
Para el resto, espero tener los brazos abiertos y lejos de sentir que estoy vivo, quiero sentir que sigo con ustedes. Que tengo el orgullo de cubrir una nota periodística que hable del movimiento estudiantil, inmortalizar un momento histórico en una fotografía. Pronto saldré para el abrazo. No me he quitado el chaleco, la cámara solo reposa, la grabadora solo espera. Mis ojos comienzan a apuntar hacia ustedes.
Por lo pronto, en este 11 de junio mi alma es una llama que se apaga poco a poco, toca descansar, para que mis pies tengan el gusto de caminar por esas calles selladas por el paso de el y la estudiante. Nos vamos a ver, cuando pase el temblor.
*Periodista y ex dirigente estudiantil
Actualmente criminalizado
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