Félix Cesario
Era
de mediana estatura, parco y suave a la hora de hablar. En pocas palabras
resumía el análisis de cualquier tema de
actividad social -entendiendo por actividad social todo acto humano o un
consejo para el amigo-. Físicamente no
era bien agraciado, pero era propietario de la belleza del patriotismo nacional como de unos tres o
cuatro hondureños más que le han dado gloria a la patria. Con claridad educativa
en los escritos ya que fue por casi diez años editorialista de DIARIO TIEMPO.
Es
y ha sido el poeta del poema más bello y concreto de la historia literaria
nacional , apenas de nueve palabras “ alba de mis sueños…siempre en pos de ti”, bellísimo poema amoroso social
que leído a lo largo de mi vida, la nostalgia sosegada, y la furia contenida y
–por qué no decirlo- frustrada por la amada que le acompañó y que, nunca la
miro en el altar digno de arrodillarse para rezar la oración dicha para la
santísima libertad por él soñada en el templo de la prostituida patria por
hombres y mujeres sin decoro.
Alejado
del dogmatismo ideológico – que tanto daño causó al Partido Comunista Hondureño-
se percibía en sus editoriales el sereno, patriótico y educativo mensaje del
sentido de nacionalidad…a grado tal que en cierta ocasión llegó hasta la
Dirección General del influyente y
desaparecido Diario EL CRONISTA, específicamente hasta la oficina de doña Carlota
Bertrand de Valladares, un señor de apellido Larach con dos cheques; uno como contribución por la defensa y
ponderación de una controversia del Mercado Común Centroamericano, MERCOM.
El maestro Ventura Ramos (cuarto de izquierda a derecha) en una actividad recreativa del Sindicato de Trabajadores de Universidad Nacional Autonoma de Honduras SITRAUNAH. Foto: Cesario Padilla. |
Y le dijo textualmente “este cheque es un aporte para el periódico, por
la defensa de la empresa privada hondureña…y este otro es para que corra al
comunista aquel” señalándole al maestro Ventura. Doña Carlota se sonrió y le
contesto “mire no puedo aceptarle dichos cheques” “Por qué…” le riposto el
señor Larach simple, le dijo Doña carlota, “por qué ese comunista es el que
hace los editoriales defendiendo al empresariado hondureño”. Así son de torpes
los señores adinerados de mi país. Y así actúa un patriota en defensa de los
intereses de la nacionalidad, alejado de prejuicios ideológicos. Nadie pondrá
en duda el accionar marxista de Don Ventura Ramos.
La
historia con la veracidad y frialdad de las emociones y pasiones, los historiadores
han abundado sobre la vida de Don Ventura, y lo han situado en el lugar de honor
que se merece, sin quitarle y más bien agregándole a su hoja de vida datos, más
bien anecdóticos, a su ejemplar conducta. Con él, Fuimos compañeros de trabajo.
Por razones de su dignidad y de su capacidad didáctica, un grupo de compañeros
de la Escuela de periodismo, allá por los primeros años de la década de los 80s
hicimos gestiones de que impartiera cátedra en dicho departamento en la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Fue mi maestro en las
asignaturas de Periodismo de Opinión y
Ética y Legislación de Prensa. Así que Ventura Ramos forjó una generación de profesionales
de la comunicación que hoy por hoy recordamos al severo y humanístico maestro
Ramos Alvarado.
Intereses
mezquinos y fascistoide hicieron que el maestro Don Ventura Ramos, como lo
llamábamos aquella generación estudiantil, maniobraran hasta lo imposible para
privar que la Escuela de Periodismo de la UNAH nos arrebatara del privilegio de
contar con la calidad pedagógica de tan ejemplar docente. La historia nos dio
la razón; hoy por hoy la UNAH y la historia ha situado a Don Ventura Ramos en
el altar de honor patrio, que él se merece y que aún le queda debiendo. Hoy por
hoy Don Ventura es Ventura Ramos, la historia solamente hizo justicia. El
maestro Ventura Ramos es uno de los de siempre en la hectografía hondureña,
sobra y basta con esto. Los que
intentaron ensuciar su nombre son y serán argamasa de su pedestal
cívico. Observadlos bien, son parte de lo zoología nacional.
¡Hermosas y justas palabras! Mi agradecimiento, a mi nombre y el de la familia.Un abrazo.
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