*Cesario Padilla
Han pasado 80 años desde que se creó, por mandato del entonces gobernante Vicente Mejía Colindres, el Día de la y el Periodista en nuestro país. Ocho décadas en las cuales se ha plasmado lo mejor, lo rescatable, lo pasable y lo mas oprobioso del periodismo hondureño. Sin duda que algunos y algunas ostentan grandes reconocimientos, ya sea en metálico o con el llamado respaldo popular.
Al hablar de reconocimientos, para este mes, y desde hace 32 años, se entrega el premio "Alvaro Contreras" el cual otorga el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH). si! ese mismo órgano colegiado que nació con olor a balloneta y a fusil en 1979, mientras gobernaba todavía la Junta Militar encabezada por el general Policarpo Paz García y que en la actualidad se encuentra secuestrado por uno que otro individuo cubierto con "sangre azul". La entrega del premio en mención se suma a una larga lista de reconocimientos, adulaciones, "mataditas de hambre" y uno que otro cheque especial al portador.
En las últimas entregas del reconocimiento antes mencionado, se dan cita cualquier clase de personajes que influyen en la realidad nacional menos los y las que toman el papel mas importante de la mencionada realidad, Los receptores, el público. De ahí para adelante asisten embajadores, Secretarios de Estado, Presidentes entre otros. "Pase usted señor presidente, lo estábamos esperando", "bienvenido señor embajador, gracias por estar aquí", "a continuación unas breves palabras del Jefe del Estado Mayor" son frases que se escuchan por los aduladores y aduladoras, mendigos y mendigas de unas migas que les brindan los que ostentan el poder político y, porque no, fáctico en estas tierras morazanicas.
Estas celebridades hacen comparsa ante quienes son las cabezas visibles en este organismo que nació bajo pretexto de unir a los que en ese momento y en la actualidad se dedican y nos dedicamos al periodismo; sin embargo la practica nos demuestra que el CPH y quienes lo comandan ejercen un papel excluyente no solo con quienes hacemos uso del medio de comunicación para informar para las mayorías, sino que promueven una campaña -casi a muerte- de exclusión a ciudadanos y ciudadanas que hacen uso de los medios para comunicar lo que pasa en sus comunidades, nos referimos a los y las Comunicadores y Comunicadoras Sociales o los "No titulados" como despectivamente los llaman estas celebridades.
Es por eso que las últimas celebraciones del Día del periodista han caído en un desprestigio rotundo, donde cada quien se deshace en elogios, siempre y cuando cumpla con el fiel llamado del empresario, del dueño del medio, la mano que le da de comer y esa misma mano que le dice que va y que no en una nota. Los amos y señores de la sala de redacción, esos son los que se hacen baños de grandeza en las instalaciones de una Tegucigalpa con olor a muerte, con un cementerio de la información, donde han ocupado terreno 34 seres humanos cuya única arma defensa era la información y su compromiso porque darla a conocer.
Ante lo planteado anteriormente en realidad es necesario detenerse y cuestionar ¿cual es el papel que juega el CPH para con sus agremiados y agremiadas? ¿por qué no han realizado un posicionamiento frontal contra el gobierno en pro de exigir el esclarecimiento de los mas de 30 asesinatos contra periodistas? ¿Quienes se benefician en realidad con los puestos de dirección en el CPH?
Ojalá y no toque esperar las respuestas hasta el otro mayo, en este lugar y con "estas gentes".
* Estudiante de la Escuela de Periodismo UNAH en Tegucigalpa.
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