Juan Almendares Bonilla | FOTO: Luis Méndez Por: Cesario Padilla Siempre me ha gustado llamarlo de dos formas: “El único rector que reconoceré toda la vida” y “símbolo de la dignidad”. Lo primero, porque vengo de una estirpe que condenó y fue victima del asalto a la UNAH en 1982 por el poder civil y militar, donde se impidió, de una forma asquerosa la reelección como rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); el segundo apelativo, él todavía no lo sabe. Este es un preámbulo para hablar de Juan Ángel Almendares Bonilla. Es incuantificable el número de personas que hemos sido beneficiarios con su trato, como médico y como compañero, en diferentes momentos que el país ha necesitado de nuestras posturas y acciones. Esto es poco para hablar de este compañero nacido en San pedro Sula, en agosto de 1939. Quien abrazó la Medicina y su compromiso hacia los desposeídos. Un digno ejemplo de humanismo. Académicamente, lo respaldan sus estudios en la UNAH, donde obtuvo su
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